Alcachofa
Son muchas, por no decir todas, las dietas de adelgazamiento que la incluyen, ya que es muy valorada por su acción depurativa, que favorece la eliminación de líquidos y dificulta la asimilación de grasas. ¡Actúa como un auténtico limpiador del organismo! Y todo gracias a sus dos principios activos (la cinarina y el cinarósido) que descongestionan el hígado y consiguen que la bilis sea menos densa y fluida, así te ayuda a controlar los niveles de azúcar y colesterol.
Algas
Por suerte cada vez más personas las incluyen en su alimentación diaria y no sólo porque ayudan a cuidar la línea sino por sus propiedades nutritivas: el alga nori es muy rica en vitamina A y B12 -que apenas se encuentra en los vegetales de tierra-, la kombu aporta gran cantidad de yodo, y la hiziki contiene 14 veces más calcio que la leche de vaca. También incluyen altas dosis de fibra, clave de su poder saciante.
Almendra
Según dos estudios realizados en la Universidad de Purdue (Indiana, EE UU), las almendras pueden ser eficaces en la lucha contra la obesidad, a pesar de ser ricas en calorías, debido a su efecto saciante. En este sentido, un puñado de almendras podría actuar de forma similar a las barritas ricas en fibra que se venden en farmacias. El truco para no pasarse con las calorías está en tomar pequeñas cantidades (25 almendras contienen 170 calorías y son suficientes para quedarte saciada).
Apio
Una de las hortalizas más ligeras, después del pepino. Resulta saludable y refrescante por su contenido en agua, sales minerales y vitaminas. Se puede tomar en ensaladas, crema, etc. Los bastoncitos de apio crudo son un aperitivo muy nutritivo y nada calórico que puedes tomas a cualquier hora. Además, al ser rico en fibra es saciante.
Arándano rojo
Contiene muy pocas calorías y, en cambio, es una buena fuente de fibra, por lo que mejora el tránsito intestinal. Pero para ello, debe consumirse en su punto de sazón cuando, además de ser más jugoso, el fruto adquiere sus propiedades laxantes y depurativas. Su contenido en vitamina C, incluso más que la naranja, es otra de sus mayores bazas, ya que los convierten en un perfecto aliado de la salud por su efecto antienvejecimiento y también te ayudan a deshincharte gracias a sus ácidos ascórbico y cafeico, que aumentan la producción de orina.
Son muchas, por no decir todas, las dietas de adelgazamiento que la incluyen, ya que es muy valorada por su acción depurativa, que favorece la eliminación de líquidos y dificulta la asimilación de grasas. ¡Actúa como un auténtico limpiador del organismo! Y todo gracias a sus dos principios activos (la cinarina y el cinarósido) que descongestionan el hígado y consiguen que la bilis sea menos densa y fluida, así te ayuda a controlar los niveles de azúcar y colesterol.
Algas
Por suerte cada vez más personas las incluyen en su alimentación diaria y no sólo porque ayudan a cuidar la línea sino por sus propiedades nutritivas: el alga nori es muy rica en vitamina A y B12 -que apenas se encuentra en los vegetales de tierra-, la kombu aporta gran cantidad de yodo, y la hiziki contiene 14 veces más calcio que la leche de vaca. También incluyen altas dosis de fibra, clave de su poder saciante.
Almendra
Según dos estudios realizados en la Universidad de Purdue (Indiana, EE UU), las almendras pueden ser eficaces en la lucha contra la obesidad, a pesar de ser ricas en calorías, debido a su efecto saciante. En este sentido, un puñado de almendras podría actuar de forma similar a las barritas ricas en fibra que se venden en farmacias. El truco para no pasarse con las calorías está en tomar pequeñas cantidades (25 almendras contienen 170 calorías y son suficientes para quedarte saciada).
Apio
Una de las hortalizas más ligeras, después del pepino. Resulta saludable y refrescante por su contenido en agua, sales minerales y vitaminas. Se puede tomar en ensaladas, crema, etc. Los bastoncitos de apio crudo son un aperitivo muy nutritivo y nada calórico que puedes tomas a cualquier hora. Además, al ser rico en fibra es saciante.
Arándano rojo
Contiene muy pocas calorías y, en cambio, es una buena fuente de fibra, por lo que mejora el tránsito intestinal. Pero para ello, debe consumirse en su punto de sazón cuando, además de ser más jugoso, el fruto adquiere sus propiedades laxantes y depurativas. Su contenido en vitamina C, incluso más que la naranja, es otra de sus mayores bazas, ya que los convierten en un perfecto aliado de la salud por su efecto antienvejecimiento y también te ayudan a deshincharte gracias a sus ácidos ascórbico y cafeico, que aumentan la producción de orina.
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